domingo, 22 de agosto de 2010

LA CODORNIZ

Los chinos, las utilizaban como aves ornamentales, y las valoraban igualmente, por el canto del macho. 
La codorniz pertenece, junto a gallinas, faisanes y pavos a la Familia Phasianoidea de la Orden Galliformes de la Clase Aves del Reino Animal. Especies y subespecies del género coturnix son oriundas de todos los continentes excepto del americano.
Una de ellas, coturnix coturnix o codorniz común es un ave migratoria de Asia, África y Europa. Numerosas subespecies están registradas, las más importantes son la codorniz europea coturnix coturnix coturnix, y la codorniz asiática o Japonesa coturnix coturnix japónica. Una subespecie que generalmente emigraba entre Europa y Asia fue casualmente domesticada en China.
Las utilizaban como aves ornamentales, y las valoraban igualmente, por el canto del macho. La codorniz doméstica fue trasladada alrededor del siglo XI desde China a Japón a través de Corea. De cualquier forma, la codorniz fue inicialmente domesticada en el Lejano Oriente y no en el Medio Oriente como objetaban algunos autores.
Si bien la codorniz europea emigraba al sur cruzando del Mar Mediterráneo y es posible haber sido fácilmente batida o capturada, al encontrarse extenuada por el viaje. Por otra parte, los escritos bíblicos y egipcios que aluden a estas aves, no demuestran que fueran criadas en cautividad.
Sobre comienzos del siglo XII, proceden los primeros registros escritos sobre la domesticación de la codorniz en Japón. Al igual que sucediera en China, en un principio, estas aves fueron criadas por su canto. Pero esto cambió después de la noticia de que el Emperador de Japón se había curado de tuberculosis gracias a una dieta a base de carne de codorniz, que gracias a su exquisita carne de sabor suave, también se le terminó atribuyendo propiedades afrodisíacas.
Todos estos hechos, promovieron la necesidad de iniciar la producción masiva de carne y huevos de codorniz en las últimas décadas del siglo XIX. Ya en 1910 la codorniz en Japón era sencillamente solicitada por su carne y huevos, y no como ave de canto.
Entre 1910 y 1940 la población de la codorniz japónica se incrementó rápidamente en Japón, especialmente en Tokyo, Nagoya, Gifu, Mishimay Toyohashi. En esta etapa, también se produce al mismo tiempo, la expansión del imperio japonés, por lo que la codorniz japónica fue implantada en todos los países donde llegó el imperio, como Corea, China, Taiwan y Hong Kong, siendo posteriormente, en todo el Sudeste asiático.
Llamada codorniz japonesa, la subespecie domestica, coturnix coturnix japónica, también es conocida por otros nombres, codorniz común, oriental, asiática, faraona, pecho rojo, real y codorniz real japonesa. La correcta y más popular nomenclatura para la coturnix coturnix japónica es codorniz japonesa.
Pero vayamos al grano, la codorniz es una pequeña gallinácea de unos 20 cm. de altura, que exhibe un plumaje en su espalda de color pardo terroso, con rayas de tono más oscuro y rociada de motas de tono más claro. El pecho presenta un color crema claro, con cierto moteado que varía en función del sexo y la edad. En la cabeza ostenta dos cejas típicas de color blanco sucio, que caen en la nuca. El pico es corto y de color grisáceo, mientras que las patas son amarillentas. La primordial diferencia entre machos y hembras, radica en que los primeros lucen en la garganta, una mancha característica en forma de ancla de color negro, y las hembras carecen de ella, no obstante hay que tener en cuenta, que tampoco la tienen los machos jóvenes.
Como decíamos, se trata de un ave migratoria, habitando en España durante la primavera y el verano, sin embargo también existe una población estática que subsiste en nuestro país durante todo el año.
Sabemos que está presente de forma general por toda la Península Ibérica, las Islas Baleares y en Canarias. Habitualmente en cotas no superiores a los mil quinientos metros. Siendo en la mitad norte de la península, donde se encuentran por tendencia, las mayores poblaciones de estas aves.
Se considera cierto que la cantidad de codornices va a menos, aunque también es verdad que las costumbres de agrupación y desplazamiento han podido verse afectados en las últimas décadas, por los cambios radicales sufridos en el paisaje y los hábitat, por ejemplo, ampliación de zonas de regadío, tanto en España como en los países en los que pasa el otoño e invierno.
Por lo general la codorniz busca lugares frescos, con abrigo vegetal para protegerse y con broza de trigo para alimentarse. Podemos localizarlas tanto en zonas de ribera como en zonas de secano, son lugares tendenciosos los prados, alfalfas, rastrojos de trigo, maizales, patatales o franjas herbáceas.
En lo referente a la provisión de comida, la codorniz se basa esencialmente en el grano, normalmente trigo. Además come diversas simientes silvestres y algún que otro invertebrado. En las poblaciones asentadas, el maíz es el principal alimento durante los meses de invierno.
Para la reproducción, la codorniz hace un pequeño nido en el suelo, donde depositará entre 6 y 15 huevos, siendo exclusivamente la hembra la que se ocupa de la incubación. Después de transcurridos unos 18 o 20 días, los huevos eclosionan. Los pollos son nidífugos, abandonan el nido nada más nacer.
Dentro de la caza menor, la codorniz es la pieza reina de la media veda, y la mejor forma de cazarlas, es con un buen perro que las localice, las ponga y las cobre correctamente.
Generalmente la codorniz se busca en los rastrojos de cereal, sobre todo en los de trigo, o si conseguimos cazar en cultivos verdes, las rebuscaremos entre la alfalfa, patatales y melonares.
La codorniz es remolona al vuelo y tratará de engañar al perro correteando y volviéndose consecutivamente. Una vez levantada, el disparo no tiene gran dificultad, aunque algunas veces suben junto a maizales o setos y a éstas hay que tirarlas metódicamente al bote, ya que se ocultan con gran rapidez.
Por mucha parafernalia que se monte para una cacería, el gran protagonista en la caza de la codorniz es el perro, ver un buen perro buscar, poner y cobrar codornices es todo un espectáculo.
Particularidades de la codorniz en Canarias.
En Canarias la codorniz nidifica en todas las islas, pudiendo ser vista igualmente en los islotes orientales. Esta especie se comporta en el Archipiélago como un migrante parcial, viéndose condicionada por las lluvias. Así, en algunos años secos, puede incluso no llegar a criar, sobre todo en las islas orientales, mientras que en otros puede permanecer en determinadas zonas del Archipiélago todo el año.
La codorniz en Canarias es una especie propia de zonas bajas y medianías, ocupando terrenos más o menos llanos, con grandes herbazales, incluyendo los cultivos de gramíneas.
La codorniz ubica el nido ocultándolo muy bien entre hierbas, muchas veces en el interior de cultivos de gramíneas o de vides. Puede reproducirse desde el mes de diciembre, llegando a realizar hasta tres puestas, por lo que su anidamiento puede prolongarse hasta el mes de agosto. La hembra parece encargarse exclusivamente de la reproducción, no siendo ayudada ni alimentada por el macho durante la misma. Los pollitos abandonan el nido al poco de nacer y completan su crecimiento en un período cercano a los dos meses. Su dieta se basa en semillas e insectos, aunque también se las ha observado ocasionalmente comiendo frutos y brotes tiernos.
Generalmente, en las islas orientales las codornices abandonan el Archipiélago después de la reproducción, mientras que en las restantes pueden permanecer durante todo el año, sobre todo en las zonas más húmedas.
Uno de los problemas que mayor atención debe recibir en el futuro inmediato es el de las sueltas de codornices japonesas, híbridas o de dudoso origen genético, ya que la codorniz común puede cruzarse con la codorniz japonesa o con híbridos, habiéndose comprobado que, en el campo, las hembras de codorniz japonesa atraen a machos de codorniz común. La descendencia de estos cruzamientos es fértil. Aunque se ha argumentado que las posibilidades de supervivencia de estos individuos son prácticamente nulas, en la península se han capturado ejemplares de codorniz japonesa y también híbridos en primavera, durante la época de reproducción. En este sentido, un reciente estudio genético realizado en Gran Canaria reveló que la totalidad de los individuos capturados en la naturaleza para el estudio resultaron ser individuos de codorniz japonesa. Al mismo tiempo, en la península, se ha comprobado que individuos idénticos a los de la codorniz común, presentan material genético de codorniz japonesa, lo que indica la existencia de híbridos virtualmente indistinguibles de la codorniz común, por lo que esta contaminación genética puede comportar un grave riesgo en un futuro próximo.

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